¿Interrogatorio o entrevista? ¡Pierde el miedo! Descubre los métodos con que las empresas cuestionan a sus candidatos y prepárate para salir exitoso de cualquier situación

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Generalmente una entrevista de trabajo es el paso previo a definir la contratación o no de un candidato y aunque antes era habitual un encuentro personal e individual entre el reclutador y el aspirante consistente en un interrogatorio sobre la experiencia laboral de éste último, hoy en día las empresas diseñan nuevos modelos de interacción que les permitan conocer mejor a sus candidatos y evaluar tanto su personalidad como sus habilidades para un puesto.

Para que estés preparado para cualquiera de las opciones y te quedes con el empleo que buscas, en Jobomas te compartimos los tipos de entrevista a los que puedes enfrentarte en un proceso de selección:

 

Entrevista individual.

Es el formato más común y generalmente se lleva a cabo entre el aspirante y un representante de la empresa que puede ser un miembro del departamento de Recursos Humanos o bien, del departamento que está ofertando el puesto. No sigue un orden específico ni estricto, los cuestionamientos y el tiempo son a voluntad del entrevistador.

 

Entrevista de panel.

Es un formato poco usado pero es similar a la entrevista individual salvo por el hecho de que existe más de un entrevistador al mismo tiempo y éstos usualmente forman parte del departamento de Recursos Humanos. Entre sus beneficios está que la decisión depende de más de una persona y también que el diálogo suele diversificarse aunque enfrentarse a un grupo de entrevistadores también supone cierta intimidación adicional.

 

Entrevista grupal.

El aspirante debe pasar por los cuestionamientos de varios entrevistadores ya sea al mismo tiempo o en distintos momentos cada uno. Este modelo involucra a personal de distintas áreas como la que está ofertando el puesto, el departamento de Recursos Humanos e incluso, un psicólogo de la empresa. Cada entrevistador evaluará al aspirante según sus propias necesidades y posteriormente se unificarán los criterios para tomar una decisión común.

 

Los formatos de entrevista no sólo pueden distinguirse por el número de participantes involucrados en la misma, sino por el procedimiento que siguen para llevarla a cabo. En cuanto a este segundo punto pueden distinguirse cuatro diferentes modalidades:

 

Entrevista libre:

En el más común de los modelos que se emplea y en él, se interactúa sin un orden preestablecido de modo que los cuestionamientos sigue el curso natural de una conversación. El reclutador improvisa de acuerdo a las necesidades o dudas que van surgiendo durante el interrogatorio y suele ahondar en temas específicos del área. El inconveniente es que al no tener un formato, pueden dejarse fuera determinados temas de interés aunque por otro lado, la flexibilidad también permite evaluar la personalidad de un aspirante.

 

Entrevista estructurada.

En un modelo rígido y lineal. Todos los aspirantes deben responder a la misma serie de preguntas predeterminadas unificadas por un mismo criterio. Esta modalidad se aplica en empresas que deben cubrir muchos puestos y que no disponen del tiempo necesario para una entrevista individual.

En muchos de los casos, este tipo de entrevista se torna impersonal y mecánica ya que en reclutador no suele ahondar en los cuestionamientos; lo que se busca principalmente con este formato es averiguar las habilidades del aspirante y sus conocimientos mientras que su personalidad pasa un segundo plano.

 

Entrevista mixta.

También se le conoce como entrevista semi-estructurada y resulta de la combinación de los dos modelos anteriores. Sin duda se trata del formato más completo pues se mezclan preguntas predeterminadas y cuestionamientos espontáneos lo que resulta en una evaluación más completa de los aspirantes que además permite un comparativo real de los mismos.

 

Entrevista de provocación de la tensión.

Se trata de un modelo agresivo de entrevista muy poco común. Aunque utiliza generalmente para aspirantes que desean cubrir puestos que demandan gran control de la tensión y capacidad de respuesta ante situaciones inciertas es posible que se emplee también para descubrir posibles engaños en la información del currículum. Para generar estos momentos críticos, los reclutadores suelen acelerar la velocidad del interrogatorio e interrumpir al candidato antes de que termine su respuesta, también pueden criticar sus opiniones o guardar silencio por largos periodos de tiempo.

 

Sea cual sea el formato de la entrevista, lo conveniente es prepararse con anticipación, investigar acerca de la empresa contratante, repasar nuestras fortalezas, acudir puntualmente y con el atuendo adecuado. Todo ello aunado a un buen descanso nos ayudará a fortalecer nuestra seguridad y mantenernos relajados durante el encuentro con el reclutador.

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