4 razones de nuestra infancia que nos pueden llevar al éxito Aspectos de nuestra niñez que no debemos olvidar y seguramente serán el camino para el éxito esperado.

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En la etapa de nuestra niñez nuestra forma de pensar y comportarnos es completamente diferente a la que tenemos ahora, es la etapa en la que queremos comer el mundo en un bocado y creemos poder hacer todo, ¿que pasaría si estas actitudes o formas de pensamiento la mantuviéramos hoy en día? es decir; si en nuestra etapa adulta siguiéramos pensando en que podemos hacer todo lo que nos proponemos. En este articulo hablaremos sobre aspectos de nuestra niñez que no debemos olvidar y seguramente serán el camino para el éxito esperado.

Basándome en un artículo de Ryder Cullison, encontré este post muy curioso que me hizo pensar en mi niñez y a la vez en cómo vamos cambiando con el paso del tiempo, nuestro pensamiento, actitudes, comportamiento cambian con las experiencia vividas y con esto nuestra forma de conseguir el éxito también. 

Según el autor existen 4 rasgos o razones que caracterizan a los niños que pueden llevarnos al éxito: 

Deseo de ganar: Para ellos forma parte del juego, y ganar es la parte divertida del mismo. Hacerles saber que ganar es importante es motivarles a esforzarse más y mejorar, este deseo deberíamos de cultivarlo siempre y tomar en cuenta las derrotas como una forma de aprendizaje.

Persistencia: En ocasiones un niño no acepta un “No” por respuesta, son persistentes hasta que consiguen su objetivo. No tienen miedo a la crítica, cosa que a nosotros los adultos muchas veces nos frena a la hora de perseverar en nuestro objetivo.

No piensan en el pasado y no se preocupan del futuro: Los niños cometen errores, pero la mayoría no piensan en ellos durante días o incluso semanas como hacemos los adultos. Esto influye en su confianza y a menudo están dispuestos a tomar más riesgos. Además viven el momento y no se preocupan por los problemas del mañana.

Son enérgicos no se autolamentan: Los niños no piensan tanto en el “pobre de mí”, actitud que a menudo afecta a los adultos y que se convierte en la principal dificultad para conseguir un objetivo. La energía de un niño proviene de su estado mental no tanto del físico.

Tal vez no todos tuvimos la misma infancia o los mismos rasgos aquí mencionados, sin embargo alguno de estos nos hizo conseguir en su momento lo que queríamos, considero que si seguimos aplicando estos aspectos a nuestras vidas pueden traernos el éxito que tanto deseamos. En esta situación aplica la frase de: “Nunca hay que dejar de ser un niño”

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