¿Hablas solo o conquistas a tu auditorio? Los 5 errores más comunes al hablar en público La intención, el dinamismo, la asertividad, la pasión y el lenguaje corporal se convierten en factores fundamentales para 'atrapar' a quienes nos escuchan.

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Hablar en público es una de las habilidades más difíciles de desarrollar pues además de dominar la propia personalidad frente a un grupo de personas, es necesario tener un discurso lo suficientemente interesante para captar su atención y lo suficientemente claro para lograr transmitir nuestro mensaje.

La intención, el dinamismo, la asertividad, la pasión y el lenguaje corporal se convierten en factores fundamentales para comunicarnos con la audiencia, sin embargo, no siempre estamos preparados para desenvolvernos frente a un público que puede ser tan diverso como estrellas hay en el universo.

Para evitar fallas en tus presentaciones y lograr una comunicación efectiva, en Jobomas te decimos cuáles son los errores más frecuentes que cometen los profesionales al hablar en público. Toma nota.

 

#1. Desconocer el objetivo de tu discurso

El primer error es lanzarse al ruedo en blanco y sin idea de lo que queremos lograr con la presentación. No está mal improvisar en cuanto a las dinámicas o a la conversación, lo que está mal es no saber a qué punto queremos llegar con ella. Para que un discurso sea efectivo se deben conocer algunos puntos básicos como: 1) Los tópicos que queremos abordar 2) La reacción que buscamos en los oyentes 3) La estrategia para captar su atención 4) Los que queremos aportar al auditorio.

 

#2. No empatizar con el público

Los expertos coinciden en que tienes sólo diez minutos a partir del inicio de la presentación para 'conectar' con la audiencia o de otra forma, puedes estar seguro de que tu presentación será un fracaso. Las recomendaciones son: 1) ir al grano con el tema, es decir, hacer una introducción rápida, sin demoras, sin rodeos y de manera concreta. 2) plantea tu punto de vista y las razones del mismo pero asegúrate de hacerlo de manera asertiva y haciendo uso de la inteligencia emocional. 3) engancha con datos concretos; apóyate en cifras, estudios, cálculos, y detalles que puedan resultar particularmente interesantes y que logren atrapar su atención.

 

#3. Ignorar a tu audiencia

Si no pones atención a los oyentes y estableces conexión con ellos es muy probable que ellos también te ignoren. Por eso es necesario que promuevas la participación del público y estés atento a sus reacciones porque ello te ayudará a mantener su atención, crear un ambiente de interacción y a crear lazos de confianza para la retroalimentación.

 

#4. El diseño cuenta

Bien dicen que la 'forma es fondo' de manera que no podemos confiar únicamente en el discurso y dejar de lado las herramientas de apoyo que podemos utilizar. Hay que tener claro el impacto que los seres humanos captamos entornos a través de todos nuestros sentidos y que éstos, nos provocan distintas emociones. Cuando te pares frente a un público, asegúrate de generar un ambiente audiovisual (diseño, color, sonido) que fortalezca tu discurso, que despierte la emoción de los oyentes y que facilite su comprensión. Por supuesto, el material de apoyo debe estar en sintonía con tu desempeño.

 

#5. Más allá de las palabras

Las palabras comunican, pero también lo hacen el cuerpo y el tono de voz. Cada movimiento corporal debe estar conectado a lo que quiere expresarse y ésto debe hacerse en la velocidad y el volumen correctos. Hablar demasiado rápido o demasiado bajo sin duda hará que pierdas a tu audiencia de la misma forma que lo harán los gestos torpes o las actitudes nerviosas. La clave es mantener un lenguaje corporal que transmita control, un volumen alto para resaltar puntos específicos del discurso y una velocidad de moderadamente más lenta cuando se requiera captar la atención.

 

#6. Adiós arrogancia

Cuando estés frente al público recuerda que el tema principal no eres tú, ni tu vasta experiencia, ni tus grandes conocimientos. Puedes comentar algunas anécdotas y citar ejemplos externos pero, si haces que la ponencia se centre únicamente en ti o por el contrario, sobrecargas a los oyentes con datos de otros autores (que supones deberían conocer) estarás en riesgo de fracasar. Si aspiras a tener éxito en una presentación es mejor que te olvides de parecer un sabelotodo y dejes a un lado la arrogancia; la mejor manera de salir victorioso es actuando de manera natural y demostrando interés por el público.

 

Como regla de oro cortesía de William J. Byram recuerda que "orador es aquel que dice lo que piensa y siente lo que dice".

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